lunes, enero 09, 2006

Don Julio Moreno Febrero 2001


REIVINDICACIÓN DE UNA CALLE A DON JULIO MORENO, DIRECTOR DE LA   BANDA DE MUSICA DE  LOS CINCUENTA          



     Aquí en Málaga, donde vivo hace ya tres décadas, existen varias bandas de música y una orquesta sinfónica, pero sólo una de las bandas me trae recuerdos  de mi edad infantil de los cincuenta en Melilla. Esta banda está compuesta por jóvenes de ambos sexos de entre diez y veinte años. En nuestra ciudad en la calle Medina Sidonia en el Mantelete, existió otra banda infantil, pero esta era de la O.J.E. y solo era de varones;  esa calle que a simple vista parece no tener salida, que al final había una agencia de transportes; creo que se llamaba Portabella, y a la derecha y comunicando con la calle de Alfonso XII el callejón maloliente que servía de retrete para que gente en precarias necesidades fisiológicas y perentorias evacuasen sus vejigas. Este callejón que solamente caben dos personas de costado da a la muralla del baluarte de San José Bajo, donde a finales del siglo pasado  existió la academia de dibujo; creo que fue en 1891, y en 1898 pasó a ser comisaría de policía. Esta muralla tiene un pasadizo o mina que termina en el foso del Hornabeque.
     
La banda de música la dirigía nuestro profesor, el mas altruista y buena persona que podía haber, Don Julio Moreno Rodríguez, cordobés de La Rambla, pueblo de botijos, como él decía. Don Julio, gratuitamente, nos enseñó solfeo, canto y al que tenía posibilidades de tocar determinado instrumento se lo acoplaba de tal manera que el niño-profesor podía medirse con cualquier músico de la del regimiento de Infantería  Melilla nº 52, o de la banda municipal, compuesta casi toda ella por músicos de la militar. También formaba un coro de voces con su correspondiente rondalla para actuar en Navidad en centros oficiales y colegios. Recuerdo unas Navidades que actuamos en los Hermanos de la Salle donde al final nos obsequiaron con dulces  y una gran ovación por parte del público, del que formaba parte muchos familiares nuestros; o cuando despertábamos a las familias de los guardias civiles con la diana floreada resonando en los dos patios del cuartel antiguo del Mantelete todos los 12 de Octubre, día de su patrona.     

Don Julio, como buen músico enseñante e inquieto por dar a conocer la cultura de la música compuso varias obras que desgraciadamente no las recuerdo, pero sí una de ellas que la tituló: “Aromas del Parque Hernandez”. Fue la que me impactó en el recuerdo, por su titulo, y la que me agradaría si algún familiar o allegado la tuviese en su poder en el  bello sueño del olvido la sacara a la luz y la hiciera llegar al director de la sinfónica o la banda municipal de Melilla para que la interpretara y figurase en su repertorio por ser la obra de un hombre que sin haber nacido de Melilla siempre se sintió hijo de ella, hasta el extremo de honrarla con la composición de una obra musical dedicada a uno de los parques mas bonito y coquetón que existe en España; y también porque educó a una generación que hoy rondamos los sesenta sin esperar nada a cambio.  Recuerdo siempre que al empezar el ensayo de una obra con toda la solemnidad nos decía: “Niños, vamos a intentar ejecutar esta obra, pero solo musicalmente”. Esto lo decía porque al comenzar un ensayo de cualquier obra comentaba, batuta en mano: “Si este hombre-(por el autor)- levantara la cabeza nos metería en la cárcel a todos y yo en cabeza”. La metáfora de la ejecución a muchos nos costó un tiempo descifrarla, quién se imaginaba que interpretar mal una obra era matarla, ejecutarla mas bien. Ahora que cuando Don Julio se arremangaba y su paciencia era la de Job, puedo garantizar que la obra era ejecutada tal y como su autor la escribió. Yo pienso que la arquitectura de la vida de un niño deben  proyectarla los padres, y los maestros retocarla con la educación; Don Julio, a muchos niños de Melilla nos retocó la educación de tal manera que aún no se nos ha caído la pátina musical. Muchos de los que hoy peinamos canas recordamos el local de dos puertas  sin ventanas donde estudiábamos solfeo  unos niños que hoy están repartidos por todo el mundo practicando el arte que Don Julio nos enseñó, la música en toda su dimensión. También solía contarnos cuentos cuando se sentaba a conversar con algún amigo a la puerta del local donde ensayábamos. Recuerdo uno, que mas bién no era cuento sino historia, del pueblo cordobés de Jauja, situado en la misma provincia que su pueblo de botijos. Nos decía que Jauja era un pueblo muy cercano a Estepa, en la provincia de Sevilla. En el nació José María el Tempranilloo; lo de Tempranillo era por lo temprano en edad que se inició en el bandolerismo. El pueblo de Jauja tiene un mito que se debe a una mentira exagerada de Lope de Rueda, según el cual este lugar feliz tenía las calles empedradas con piñones, un arroyo de leche y otro de miel, la gente ataba los perros con longanizas y creo vivirían sin pegar golpe, supongo yo; porque en las condiciones que estaba el pueblo era eso: Jauja, de ahí la frase de que todo lo bueno y regalado con el nombre de ese pueblo cordobés. En honor a la verdad es que existen dos arroyos cercanos, uno de limo lechoso y el otro turbio. Este último, dicen, se debe al alpechín de las moliendas de las aceitunas en las almazaras cercanas.

Como todo el mundo sabe las calles de nuestra ciudad y las de todas las ciudades y pueblos de nuestro País están rotuladas con nombres de políticos que dejaron para la posteridad algún hecho notable en bien de la ciudad; militares que por  sus heroicas gestas dieron sus vidas por nuestra patria; próceres que levantaron la economía y también intelectuales y científicos. Yo con mi modesta opinión propondría a la corporación de la Asamblea de Melilla que rotularan una calle con su nombre, aunque sea una placita o un pasaje escondido en  la mas humilde  barriada de nuestra ciudad. Sé que eso es soñar con un  imposible porque a Don Julio Moreno solamente lo conocimos los niños de los cincuenta y además era una banda de la O.J.E., aunque hoy en día seamos de todos los colores políticos; pero entonces éramos de un mismo color: éramos músicos, éramos  unos niños que solo teníamos ilusión por la música.  En fin si algún político municipal encargado de estos temas tiene a bien proponerlo en los plenos para que se aprobase mas de un melillense sonreiría con nostalgia recordando a la banda infantil que ensayaba en el Mantelete allá por los cincuenta.  
     


                                                                                  Málaga  Febrero 2001               

1 Comments:

Blogger Manuel Jesús said...

Hola.
Quisiera ponerme en contacto con usted para obtener informacion sobre D. Julio Moreno a quien usted dedica este post ya que tenemos en nuestro poder una obra musical de la cual creemos que es el autor. Nos seria de gran ayuda. Espero su contestacion. Muchisimas gracias. Un saludo.

11:51 p. m.  

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