domingo, enero 15, 2006

Jorgito el Inglés Junio 2001

                                     JORGITO EL INGLÉS


     Hoy me gustaría hablar, escribir, contar, que mas da,  de una cosa que, aunque parezca algo
escatológico no lo es, al menos eso es lo que intentaré explicar y si no, ustedes juzguen.
Hace poco leí en un libro, algo guasón, por cierto,  una cosa que me hizo sonreír todo el tiempo que duró la lectura.  Porqué siempre que se habla de algo escatológico, como esto, nos hace sonreír. Es muy raro que una persona, al menos por estos lares, no dibuje  una sonrisa cada vez que se habla de estas cosas. El titulo dice: “ W. C. No es lo mismo en Inglaterra que en la Costa ”. Titulo que dan Mateo Gallego y Francisco Lancha en  “Málaga en la Leyenda” de Editorial Arguval.
     Dice que, “Jorgito el inglés y la peseta”, en los años cuarenta, cuando terminó la Segunda Guerra Mundial abrió una hospedería en lo que hoy es el Castillo de Santa Clara en Torremolinos.  En Málaga, algunas familias, debido al auge turístico, decidieron enviar a sus hijos a Inglaterra para aprender el idioma inglés y cuentan que unos padres viajaron al sur de ese país para conocer el sitio donde iba a residir su hijo.  Al regreso en España se dieron cuenta de que no habían visto los aseos de la vivienda, es decir, nuestro castellano Retrete, lo pongo en mayúsculas para reivindicar el denostado nombre, al que cursilmente le llamamos W.C. ; Water =Agua - Clos-et = Retrete.  Antes se veían en todas las estaciones de ferrocarril  en la puerta del Excusado, (otra palabra que se decía con cursilería, como si visitar el retrete fuese un pecado, cuando realmente es una necesidad perentoria y un  alivio para tu cuerpo).  Retrete, hoy parece que nos da vergüenza pronunciarla y todo para no decirlo bien en inglés, porque si realmente se desea colocar un cartel en inglés en el sitio de Retrete se debiera decir: Lavatory, pero eso ya es demasiado, lo que si se ven en muchos retretes públicos de tabernas y bares  son las figuras de una mujer y las de un hombre,  o un sombrero de copa y otro, tipo pamela de señora, para así marcar  la diferencia  entre los sexos. Yo, que quieren que les diga, reivindico nuestro Retrete como Dios manda ya que nuestra Real Academia  lo ratifica, hasta que nos devuelvan  Gibraltar, quizás entonces me lo piense y diga que voy al W.C. cada vez que tenga un apretón. Sobre el Peñón de Gibraltar decía un viejo muy cachondo que España se lo entregó a Inglaterra envuelto en un papel  y lo han mantenido en una fresquera para cocinarlo cuando se pueda comer, aunque yo creo que huele tan mal a  podrido por los años que llevan desenvolviéndolo,  envolviéndolo y manoseándolo  tantos años. Los llanitos si que conservan el andaluz de hace  mas de un siglo, parece que estas hablando con uno de Algeciras.  Volvamos con esta familia.
Algo preocupada, esta familia, pidió informes que recibieron a vuelta de correos. Resulta que lo que W.C. significa para nosotros no es lo mismo para los británicos, que lo entendieron como White Church o Iglesia Blanca, esto es, templo anglicano. La respuesta del inglés fue la siguiente:  “ Estimado señor: Tengo el gusto de informarle que el lugar al  que  usted  se refiere  se encuentra a doce kilómetros de la casa, lo cual hace que resulte algo alejado, sobre todo si se tiene la costumbre de ir con frecuencia. Algunas personas se llevan la comida y permanecen allí todo el día. Algunos van a pie, pero otros van en tranvía, por lo que siempre llegan en el momento preciso. Hay lugar para cuatrocientas personas sentadas y otras cien de pie. Los asientos están forrados de terciopelo rojo. El aire es acondicionado y se recomienda llegar temprano para encontrar sitio.  Los niños se sientan todos juntos y cantan a coro. Al entrar se entrega a todo el mundo un papel. Cuando se acaban los papeles, los que no tienen usan el de la persona  de al lado. Al final se recogen los papeles para que sirvan para toda la temporada. Hay fotógrafos especializados y estas fotos se publican en el diario de la ciudad, para dar a conocer este admirable servicio. Suyo  afectísimo ”.
     Yo me imagino que la familia malagueña quedaría un poco atónita hasta  saber la verdad de su pregunta. Por eso cada vez que se ven letreros  en inglés en tiendas, bares, tabernas, etc., en lugares que apenas son turísticos, hay que reivindicar nuestro castellano y nuestra habla andaluza, que tampoco le haríamos daño al Diccionario de la R.A.E. ; pero eso no marca nada, (no mola nada) como diría un amigo de Melilla.



                                   Málaga Junio 2001