domingo, enero 15, 2006

Simbolismos de ayer 10/10/2001

SIMBOLISMOS DE AYER



Decía Proud que el poeta no puede escribir algo que no sea capaz de decir en una conversación. Yo a veces me creo, solo me creo, un poco poeta y cuando eso ocurre, a mi memoria le brotan sensaciones que me obligan a plasmarlas en una cuartilla. El punto de inspiración de todos mis escritos con respecto a Melilla lo saco de mi memoria infantil, la única que me obedece con toda fidelidad por ser la edad en que todo es sano y limpio.
Yo conservo un objeto, que es como un talismán, que me ayuda a recordar las cosas mas inverosímiles de cuando era un chaveilla en Melilla. Este es una cajita metálica plateada con ribetes dorados que cuando se abre como un resorte, debido a un pequeño muelle en la tapadera, parece que aún tiene el olor a rapé o tabaco de mi tío Juan, el que murió en la guerra del 36; mi abuela, su madre, la conservaba como oro en paño. Esta cajita siempre ejerció una rara atracción en mi mente infantil y ahora con mis años a cuestas aún me ayuda a recorrer Melilla en los años de cuando yo era un niño. Con respecto a esto, algunas personas parecen estar sepultadas en su memoria o ignorancia con respecto a la historia y les impide desarrollar algo de lo ocurrido en el transcurso de sus vidas. Otra cosa que decía Roa Bastos era que la memoria no recuerda el miedo, yo tengo que contrariarle porque a veces a mi memoria le vienen retazos de miedos ocurridos en mi niñez, pero son los menos.
Todo esto viene a que en este diario del domingo 7 de Septiembre, en su primera página, viene una fotografía del monumento a los Héroes de España (el León de la Avenida) y me hizo recordar que muchos nombres que figuraban en la única relación, los niños los leíamos cruzando la acera de la sastrería Cuadrado: “Mira ese es mi tío....; pues aquél era el hermano de mi madre, y se que esta enterrado en Majadahonda”. Después se hizo justicia y pusieron los nombres de los que murieron en el otro bando.
Hay gente que ve mas que mira y mira mas que admira. Es como un juego de palabra dirigido a los señores políticos que desean retirar toda la simbología franquista de la ciudad. Yo les recomiendo, dentro de mi modestísima opinión, que esperemos que pasen otras generaciones y estas puedan decir: “Cómo estaría España para permitir que un general se levantase en armas y la dejase atrasada durante cuarenta años con respecto a las naciones de nuestro entorno ”. En la actualidad si a un joven, que no conoció el régimen franquista, se le dice que en aquéllos años había que jurar los Principios Fundamentales del Movimiento para acceder a la plaza de funcionario o de cualquier cuerpo de seguridad del Estado, algunos te dicen, en su ignorancia, que eso era una jilipollez; no era una jilipollez sino una ignominia. Poco mas o menos dirían lo mismo que nosotros, por ejemplo del Tratado de La Haya del 7 de Septiembre de 1701 en el que Inglaterra, Holanda, Austria y Portugal se quisieron merendar Menorca, Gibraltar, Ceuta, las Indias, las provincias del norte de Flandes, el Milanesado, Galicia y Extremadura. A que les parece algo absurdo en estos tiempos y en pleno siglo XXI, y no digamos del aborrecido Fernando VII o de algún “defensor patrio” decimonónico, como el general Pavía, que entró disolviendo las Cortes montado a caballo; poco mas o menos como Tejero el 23 de Febrero de 1981. Quédense tranquilos que retirando las simbologías franquistas no van a conseguir mas votos, solo van a provocar enfrentamientos casposos y trasnochados que ninguno de ustedes ni nadie en Melilla desea. Háganse la idea de querer medir un pez de gran envergadura vivo; apuesto que les costaría trabajo hacerlo con los aleteos y movimientos de la cola y la cabeza, pero si ya esta muerto entonces si que se le podrá medir todo el cuerpo. El “pez” que ustedes quieren medir (tirarlo por la borda), es la historia de cuarenta años de España, y creo que esa historia debe seguir su curso sin ningún sobresalto; a pesar de que hayamos estado cuarenta años atrasados con respecto a nuestros vecinos de Europa.
Señores representantes de izquierda, trabajen en favor de los melillenses que para eso los han votado y a las heridas de los agravios y ofensas hay que verter bálsamos de consuelo, pero nunca olvidar la historia. La nuestra, nuestra Historia con mayúsculas es la que tenemos y por mas que queramos cambiarla ahí esta con su abanderada vetustez, llena de gloria y honor a veces y otras vale mas guardarla en lo mas recóndito de nuestras almas.
Reciban un saludo


Juan J. Aranda
Málaga 10 Octubre 2001




Publicado en “MelillaHoy” el 24 de Octubre de 2001





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