domingo, enero 15, 2006

Frases populares III 24/12/2001


FRASES POPULARES III

Quien no ha pronunciado alguna vez la frase “Apaga y vámonos” cuando en una reunión de amigos se ha visto a lo lejos algún pesado que no se desea compartir su compañía por lo latoso y coñazo que llega a ser. La famosa frase proviene de un pueblecito de Granada llamado Pitres en el que hace varios siglos dos clérigos hicieron una apuesta para ver quien de los dos celebraba la misa en el menor tiempo posible. Anda que los clérigos no tenían moral ni nada. Así que estaban los preparativos y cuando los dos se dirigían al altar, uno de los curas empezó la misa diciendo : “ Ite, Missa est ”, dando la bendición y acabando la misa. El otro, muy tranquilo, le dijo al acólito o monaguillo que sujetaba la vela encendida : “¡ Anda, apaga y vámonos!, que ya está dicha la misa”.
Yo no sé quién de los dos curas fue mas rápido en la celebración de la misa, lo que si quiere decir rápido es la frase “ En un Santiamén “. Como todo el mundo sabe quiere decir : “En un instante” y proviene de la frase que se hace al santiguarse : ” In nomine Patris, et Filis, et Spiritus Sancti. Amén “. Pero como los españoles somos así de rápidos y de cachondones, para algunas cosas, claro está, pues le quitamos las siete primeras palabras y lo dejamos con el “Santiamén” y vas que chutas
Otra frase popular que me trae recuerdos del abuelo de boina y bastón, el malagueño criado en Melilla, es “Pelillos a la mar”. Fue cuando me separó de una de las sempiternas grescas por culpa de algún trompo ganado a la Olla o un tebeo prestado y no devuelto con mi primo Juan, el de mi tía Virginia. Entonces no llegábamos a la decena de años. El hombre hizo que nos arrancáramos un solo pelo y que lo lanzáramos al aire pronunciáramos lo siguiente : “ ¿ Aonde ba ese pelo? : Ar biento ¿Y er biento?; a la má; pos ya la guerra está acabá “. Soltábamos los pelos al viento y sanseacabó hasta la próxima que lo mas seguro sería al rato. Claro que ésta pronunciación no fue la nuestra; ésta me la han proporcionado copiando de los Cantos populares españoles de Rodríguez Marín.
La frase “Esto es Jauja” proviene de los dos pueblos llamados Jauja; uno en Perú y el otro en la provincia de nuestra Córdoba de Andalucía.
La que proviene de Perú, ciudad en Suyo de Huancayo, altiplano en los Andes, el virrey Amat la convirtió en su lugar de residencia por el clima y lo bondadoso que es para el reúma y los pulmones. Todo esto unido a las minas de plata a flor de tierra se asemejaba a ríos de éste mineral tan codiciado por los españoles. La bondad del clima y la riqueza de la tierra hicieron aplicarle lo de “Esto es Jauja”.
La que proviene de nuestra Jauja es un fragmento de una obra del escritor andaluz Lope de Rueda en la que dice que Jauja tiene dos ríos, uno de leche y el otro de miel; sus calles están empedradas con almendras y piñones, sus casas están construidas de chocolate y a los perros los tienen atados con longanizas. La frase de los perros atados con longaniza, puede que su origen sea de ésta obra literaria. Ante la disyuntiva, yo me inclino mas por la que proviene de Perú, que es mas antigua pero no me negaran que lo que dice el escritor andaluz no tiene gracia para un cuento infantil.
Jauja es un pueblo pequeño que se puede llegar en pocos minutos desde la carretera de Málaga a Córdoba, cercano a Benamejí, famoso éste por sus melones, ricos los dos en viñedos y olivares; pertenecientes a la comarca de los famosos caldos de Montilla - Moriles. Lamentablemente éste pueblo cordobés no figura en la mayoría de los mapas, sólo en el Espasa como pueblo de la provincia de Córdoba a pesar de que el famoso José María “El Tempranillo” naciera allí y muriera en el peblo malagueño de Alameda.
Hay otra que en Melilla se oye mucho, al menos en mis tiempos se lo decían a un señor que era ditero, apodado “El Lancha rápida”. Ya se imaginarán porqué le llamaban así. Éste hombre, decía la gente de Melilla, jamás cogió la COA; a todas partes se encajaba a patita, lo mismo se le veía por Cabrerizas que por Beni Enzar. Créanme si les digo que alguna vez escuché una frase parecida a :” Ahí va el Lancha rápida, corriendo mas que el tío de las listas”. La frase “El tío de las listas” nació en Málaga por la década de los años veinte. Se le denominaba a la persona que vendía la relación de los números premiados en los sorteos de la lotería nacional. El hombre corría por las calles de Málaga pregonando su lista : “¡ Er tío de la lista!, er parte del telegrama, con los premios mayores de la lotería y los que han caío en Málaga ! . Esto mas bien es un pregón popular pero las carreras del hombre se hicieron tan famosas que llegó a nuestra ciudad, como casi todo lo de su hermana mayor, Málaga.
La lectura siempre entretiene la inteligencia y hay cosas, oficios y costumbres que la esclavizan y la conservan plana sin que suba ni un milimetro; yo humildemente les recomiendo, mis pacienzudos leyentes, como decía Galdós, los libros y los periódicos que son manjares del espiritu como los alimentos para el cuerpo.
Desde ésta orilla les envío un saludo.


Juan J. Aranda
Málaga 24 Diciembre 2001




Publicado en “Melilla Hoy” el 13 de Enero de 2002




Publicado el 13 de Enero de2002






















Frases populares II 17/12/2001

FRASES POPULARES I I

Hace poco me refería a algunas frases muy populares que solemos decir a menudo y que muchas personas no tenemos ni idea de su procedencia. Desde hace bastante tiempo, mas bien años, he tenido la curiosidad o la paciencia de ir recopilando algunas que por su originalidad me llamaban la atención. Cuando era un niño en Melilla, mucha gente mayor procedente de Málaga cantaban unas coplas antiguas que solían ser las de sus pueblos y las palabras, aparentemente no parecían de grueso calibre soez. Hay otras que ya se difuminaron con el tiempo y dieron paso a las que parecen ladridos como: “guau, que bueno es este disco”, como si el disco se comiera o “esta muy guay”, que mas o menos es lo mismo. También las que le hacemos la pelota a los ingleses con el “okey”, en vez de decir: “vale” o “wc” en vez de retrete y muchos otros que se ven en cualquier local de cualquier ciudad.
A veces cuando uno coge un libro y lleva varias páginas de lectura tranquila y de pronto salta una palabra o una frase que te recuerda otra de hace muchos años; a mi me ocurre a menudo. Hace varios días, ojeando algunas obras de teatro de Lorca me llamó la atención una muy cortita que se titula: “Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín”. El nombre tan repipi de Don Perlimplín rimando con jardín me llevaba a mi niñez cuando escuchaba a una señora, un poco descocada y casi anciana, que siempre recitaba unos versos preciosos. Son del Capitán General de los Poetas; “qué lástima que éstos se lo cargaran”, decía. Uno de aquéllos poemas decía: “¡ay amor, amor!/ entre mis muslos cerrados/ nada como un pez el sol /”. Esto lo dice Belinda para trajinarse al solterón y tontorrón Don Perlimplín, que al final de tonto no tiene nada, solo enamorado.
El marido de ésta señora era de Málaga y los estribillos que canturreaba a menudo a veces parece que los oigo cuando los leo en cualquier libro o que las dicen mucha gente mayor de ésta ciudad, como mi vecino Rafael y un pensionista asiduo a la biblioteca municipal. Éste hombre hablaba siempre rociando saliva a diestro y siniestro y siempre con tropos. Decía que era su manera de hablar pero lo que de verdad era un chocarrero y un guasón. Hay una que también la rescaté para mi colección particular; lo digo con toda la modestia del mundo y si me lo permiten de vez en cuando intentaré plasmarlas en las páginas de éste diario; de verdad que son simpáticas y refrescantes, a pesar de los años que tienen.
Siempre creí que solo las naranjas cachorreñas, como las llaman aquí, las que crecen en los paseos de las ciudades, tenían la prerrogativa de llamarse así pero cuando mi amigo el de la biblioteca me lo rectificó y me indicó que leyera el diccionario vería que también son unas sopas que se toman en Andalucía, mas bien en el campo, y claro me vino a la memoria la canción popular que escuchaba a aquél matrimonio que decía así: “Cachorreña (sopa caliente) se perdió/ el gazpacho la anda buscando/ ¿Dónde la vino a encontrá ? / En casa del ajo blanco, / pariente de la ensalá / ”. Quién no ha probado el ajoblanco en Melilla o el gazpacho andaluz. Existe un soneto dedicado al gazpacho que dice: “Se machacan de un ajo cuatro dientes/ con sal, miga de pan, huevo y tomate/ y en aceite de oliva bien se bate,/ majado con los ritmos convenientes.” No me digan que no tenía gracia la persona que le dio la idea de sacarle un soneto al gazpacho.
Hay otra copla de un pueblecito de la serranía de Ronda que se la cantan a las mocitas un poco serias y estiradas que no desean que les canten serenatas nocturnas o que no quiera que el pretendiente le da la lata debajo de su ventana: “ La niña que está dormía/ y la guitarra la llama/ se despierta esaboría/ dando vueltas por la cama/ como una loca perdía” /. Otra canción que se puede escuchar por esos lares es : “Una niña fue a lavar/ a los grifos del molino/ vino el agua por detrás / y le regó el cebollino ”.
La imaginación de éste hombre hacía que de las sombras que reflejaban sus manos, aparentemente viéramos los niños en la pared blanca de su casa historias de tortugas que corrían como los lagartos y de naranjas que se casaban con manzanas; los mas pequeñillos, les rogaban que les leyese, sin libro alguno, algo en la pared blanca.
Un día, cuando el era un anciano de boina y bastón y algunos moceábamos, nos explicaba como anécdota lo que le ocurrió a Federico García Lorca en una tertulia en Barcelona en 1926 cuando un tertuliano, catalán, como si fuese extranjero, por el deje granadino del poeta, ya que por aquéllos años de dictadura de Primo de Rivera el catalanismo era feroz, separatista e intransigente, le preguntó: “¿De donde es usted joven ”. Lorca que de tonto no tenía un pelo, con su brazo alzado y con la solemnidad que ponía él en los casos serios le contestó: “ Soy, .... del Reino de Granada”. Esto lo explicaba cuando en España empezaba a nacer la democracia y las autonomías se estaban formando con el consenso de todos los españoles.


Juan J. Aranda
Málaga 17 Diciembre 2001



Publicado en “Melilla Hoy” el 10 de enero de 2002

Frases populares I 08/11/2001

FRASES POPULARES


Pedro Alfonso Moreira, en su articulo del día 2 de Diciembre explicando el origen de la frase “Dar la Talla” me recordó varias de ellas que merecen ser conocidos los orígenes de las mismas. Por ejemplo: “Vete a la Porra” o “Vete a hacer Puñetas”. Como buen articulista militar, el señor Moreira, sabrá que la Porra o Bastón lo llevaba el Tambor Mayor de los antiguos regimientos. Hoy los podemos ver, al menos en Málaga, en los desfiles procesionales de la Semana Santa de La Legión en el que un cabo o soldado bien plantado, acompañado del famoso borrego o de la cabra, hace filigranas, lanzándolo al aire y recogiéndolo casi en el suelo, haciendo las delicias de todo el público. Antes, cuando se acababa el desfile, la porra se dejaba colgada en la puerta de las dependencias que estaban cercanas a la prevención, donde se castiga a los soldados por causas leves. Cuando el superior, oficial o el que fuera ordenaba al arrestado con la frase siguiente: “ ¡ Vaya usarced a la porra, seor soldado”. Diciéndole esto era que el soldado en cuestión estaba castigado en la prevención.. Ahora a esa frase se le da otro significado mas despectivo.
La frase de mandar a alguien a hacer puñetas o que me está haciendo la puñeta, a mucha gente les parecerá que es algo de tipo sexual o escatológico y es todo lo contrario. Las puñetas, como todo el mundo sabe, son las bocamangas, mayormente de las togas, que están, algunas, bordadas y de puntillas. Éstos adornos eran, y son tan difíciles y complejos, con flores y figuras hechas a mano siendo una labor tan delicada que hay que invertir tiempo y paciencia. Hoy con las máquinas eléctricas de bordar o coser, las puñetas son coser y cantar, y valga la expresión con la redundancia. Por eso si alguien le manda a hacer Puñetas o a la Porra hay que contestarle que el bordado no se le da bien y la Porra está en los cuarteles colgada muy cerca del cuerpo de guardia.
Otra muy militar que se podía escuchar en las guerras de 1921 y la Civil (Incivil) de 1936 antes de entrar en combate era : “Hoy va a haber hule”. Ésta es la expresión de algún cronista taurino que llamaba hule, tela pintada al óleo, barnizada e impermeable que tapaba la mesa de operaciones de las plazas de toros. La expresión de: “Ha habido hule” era que un toro había cogido a algún torero y éste ha sangrado mucho en la operación en la enfermería de la plaza. Pero claro, como todo en este bendito país, tan dado a cambiarlo todo, la frase se popularizó que mucha gente, y en Melilla concretamente, en las guerras con los fronterizos, decían la frase con mucho pesar al saber que muchos hombres iban a morir en la batalla o en cualquier escaramuza. Mi abuela decía que en la fábrica de harina de Nador, en el 21, hubo mucho hule. Como sabrán esa fábrica resistió numantinamente cuando el Desastre de Annual.
Arturo Reyes, el poeta malagueño, al que se le brindó una calle en Melilla donde estuvo su nombre mas de cuarenta años hasta que se la adjudicaron a Abdelkader Ben El Hach Tieb al morir éste; y ser héroe y amigo de España, escribió un poema con las palabras en el mas puro habla o deje castizo malagueño con referencia al hule y a un torero, y dice así: “ Pos toas esas/ catreáles (catedrales), son tres chícharos/ si la ponéis a la vera/ de Rafael Gómez, el día/ que el mocito no se acuerda/ der hule “.
Existe otra cuyo origen tiene un humor negro y es: “Eres mas feo que Picio”. Picio era un zapatero que vivió a principios del siglo XX en Alhendín, un pueblecito de Granada. Éste hombre, por algún motivo, fue condenado a muerte y estando en capilla, un día antes de su ejecución, recibió el indulto para quedar libre. La fuerte impresión de la noticia le produjo una alopecia galopante, quedándose calvo en pocos días; también se le deformó el rostro de tal modo que pasó a la leyenda negra como símbolo de la fealdad. Como toda leyenda negra decían las malas lenguas que cuando murió, de feo que era, le dieron la unción con caña por lo asustado que estaba el cura.
Y como hoy va de frases populares ahí va otra: “Fulano y Zutano”. A ninguna mujer le gusta que le digan que es una fulana. Claro que quien le dice a una mujer que es una fulana le está llamando puta por toda la cara, y no me explico porqué se ha desvirtuado esa palabra para ofender llamando fulano o fulana a las personas. Los vocablos Fulano y Zutano es la corrupción de Fabulano y Statano, que eran unos dioses de los niños. A Fabulano lo invocaban para que enseñara a los niños a hablar y a Statano para andar. Fíjense la inocencia de los vocablos, que eran para enseñar a andar y hablar a los niños entre los gentiles y como se han desvirtuado para decirle a una mujer puta y a un hombre chulo, porque eso es mas o menos lo que se quiere decir.
Reciban un saludo.




Juan J. Aranda
Málaga 8 Noviembre 2001








Publicado en “Melilla Hoy” el 6 de Enero de 2002














































































A los compañeros de Correos 01/11/2001


A LOS COMPAÑEROS DE CORREOS



De verdad que compadezco al compañero de Correos de Melilla, que al parecer es el único que de momento usa mascarilla y guantes para protegerse del Carbunco o Ántrax en esa oficina. Los que conocemos los interiores de una simple estafeta postal de cualquier pueblo o una jefatura provincial de Correos, se nos ponen los pelos de punta al ver a los colegas norteamericanos usar mascarillas y guantes para que no les ocurra lo que a varios de sus compañeros fallecidos a causa de esos malditos polvos.
La fotografía de la contraportada de este diario del sábado 27 de éste mes lo dice todo cuando se ve a un funcionario o empleado (los funcionarios de Correos, por lo visto, somos una raza a extinguir, ya quedan pocos) en la ventanilla con su mascarilla y sus guantes de goma. Yo personalmente no creo que el uso de mascarillas y guantes en las oficinas postales evite el contacto al cien por cien. Lo que evitaría algo es que en todas las oficinas hubieran duchas preparadas: gel, toallas, etc. –la mayoría solo tienen retretes para apretones- para que los empleados puedan hacer uso de ellas una vez acabada su jornada laboral, siendo la obligatoriedad de que cada persona que haya estado en contacto con objetos como cartas, impresos, paquetes, etc., deban ducharse cada vez que lo crean necesario. Claro que la hora de salida sería un cuarto de hora antes que es lo que se tarda en ducharse. Creo que los compañeros sindicalistas-liberados, que para eso están, debieran trabajar en ello. Esto parecerá una broma para muchas personas que desconocen el funcionamiento de Correos, pero no es tal sino que es bastante seria
Imagínense que durante siete horas deben tener la boca y la nariz tapadas como se ve a los japoneses cuando están resfriados para no contagiar a ninguna persona que pase por su lado; qué civismo el de los nipones, en este caso es al contrario, es para que a él no lo contagien. Bueno pues háganse la idea de que ese empleado postal debe trabajar con guantes: escribir en los avisos de llegada, pasar página de algún libro de anotaciones o clasificar una serie de objetos postales como avisos de recibo, que son simples papeles como cualquier cuartilla. Yo recuerdo que hace muchos años en Correos clasificábamos con un dedín de goma para así poder pasar las cartas sin tener que mojarnos el pulgar. La Dirección General nos los proporcionaba lo mismo que los uniformes de ventanilla y reparto. Lo que no proporcionaba eran unas mascarillas como las actuales a los de ventanilla de público para evitar recibir los olores halitosos o avinagrados de mucha gente que tiene por costumbre hablarte a una cuarta de la nariz y tu no tienes mas remedio que guardar la forma y buscar la empatía a costa de alguna que otra arcada.
Me causa tristeza cuando veo a compañeros que deben trabajar en esas condiciones tan lamentables y arriesgadas. El hecho de abrir una saca de correspondencia es una cosa tan simple para cualquier empleado postal que por lo cotidiano, a pesar de recibir y respirar toda la porquería que ésa saca trae de la oficina de origen, por haber estado en el suelo o ser arrastrada porque su peso obliga a ello; a todo esto no se le da ninguna importancia: son cartas, impresos, paquetes, algunos de éstos deteriorados y con contenidos que mucha gente les parecería mentira las cosas tan inverosímiles que suelen enviar, como una señora que quería que su hijo, que estaba haciendo el servicio militar en Canarias, recibiera unos filetitos de cerdo con su correspondiente tortilla de patatas que traía en un plato bien tapado para que no cogiera polvo; la señora quería que en Correos se lo preparásemos, “como son ustedes tan apañaos”, decía; claro está que los pimientos y la tortilla no se los comió el soldadito de Canarias, se los llevó su madre de vuelta a casa. Y ante todo esto no pasa nada; se ordena el contenido de la saca, se puntea si es certificado y a clasificarlo como Dios manda. Pero si una persona “iluminada” ha echado una carta con esos polvos en un buzón para hacerle daño a un semejante que vive ignorante de la maldad que va a recibir y de rebote, colateralmente, que ahora esa palabra está muy al uso, lo recibe otra persona que es un servidor público como es ser empleado postal, ya tenemos lo que les ocurrió a los norteamericanos fallecidos a causa de la manipulación del correo.
Mi gran deseo es que nadie en el mundo sufra los latigazos del terrorismo y que mis compañeros de toda España extremen las condiciones en su labor diaria porque son los primeros que reciben el manotazo criminal en forma de inocentes epistolarios.
Desde aquí les envío un abrazo.


Juan J. Aranda
Málaga 1 de Noviembre 2001







Publicado en el “Melilla Hoy” el 14 Noviembre de 2001

A los bomberos de Melilla 20/12/2001

AL PARQUE MÓVIL DE MELILLA (bomberos)


Acabo de leer en éste periódico del domingo 2 de Diciembre que El Parque Móvil del Ayuntamiento de Melilla tiene 133 vehículos al servicio de los ciudadanos a disposición de todas las áreas y su plantilla la componen dieciséis oficiales mecánicos conductores y diez personas como personal laboral. También dice que cuidan como una reliquia un Mercedes 220-S del año 1955 que tendrán que llevarlo fuera de la ciudad; imagino que será a la Península, a que lo restauren.
Al leer todo esto y comprobar que el jefe del Parque se llama Juan Verdejo no he podido sustraerme la tentación de sacar del cajón de los papeles color sepia unos documentos que me han traído gratos recuerdos de mi niñez. De uno de los documentos se pueden ver, en una nómina del Ayuntamiento varios nombres de conductores, soldadores y ayudantes correspondiente al mes de Agosto de 1944 ( ya ha llovido ¡eh¡ ). Por ejemplo los conductores Felipe Díaz, Francisco Aranda (mi padre) y Mariano Benitez (el que conducía el camión de la carne del matadero a los mercados) cobraban al mes la friolera de 403 ptas., y a eso les descontaban 12,50 para la Caja de Previsión. Los hermanos Francisco y José Toré y José Castillo como en esa época eran ayudantes cobraban diez duros menos, o sea 350 y como era natural le descontaban 9,40. Años mas tarde, los hermanos Toré, fueron conductores. Y Cristóbal Verdejo, padre del actual jefe del Parque, que era soldador y Francisco Lorca, tornero como especialistas cobraban dos pesetas mas que el grupo de los conductores, o sea 405 siendo el descuento el mismo. Años mas tarde Lorca conducía una regadera en la que subí varias veces cuando el turno era el de mi padre. También el apellido del Alcalde-Presidente de la Ciudad me trae otro recuerdo de un señor, compañero y amigo de todos los que he nombrado, que también era conductor en aquéllos tiempos y se apellidaba Imbroda. Quizás no estén emparentados pero si lo están debe saber que aquél señor Imbroda, al igual que los demás trabajadores de Tracción Mecánica y de Bomberos se merecen, aunque sea con varias décadas de retraso, que alguien les dedique un pequeño homenaje. Tengo un oficio, también de color sepia por los años de vejez en el que se felicita al bombero Miguel Ramírez Vargas y al conductor Francisco Aranda Anaya, (éste tenía 65 años a punto de la jubilación) quienes estando francos de servicio se presentaron voluntariamente a ayudar a la extinción de un incendio en el bosque cerca de Tres Forcas. Esto es una anécdota que está registrada por oficio en el negociado de Personal el 11 de Noviembre de 1967 pero las que no se registraron ni mencionaron, que hubo centenares y variadas en tantos años, como llevar agua a muchos vecinos de los barrios como el de Cabrerizas o el mío, la calle de Castellón, en los que en una casa no y en otra tampoco tenían agua corriente y las fuentes públicas estaban mas solicitadas que algunas páginas web. O las salidas nocturnas que tenían que realizar para sacar a muchos vecinos del Industrial, Hipódromo o del barrio de De Real de sus casas inundadas por las avenidas de agua de las lluvias; también los viajes al puerto a llevar agua a los barcos anclados en el mismo. Esto es lo que yo recuerdo por lo vivido en mi familia pero habrá muchas personas que esas anécdotas las ampliarían con todo lujo de detalles.
En el antiguo patio de los talleres donde era jefe Manuel Añón, se celebraban los bailes de la verbena de la feria del Tesorillo donde mucha gente en edad de merecer se pegaban sus bailoteos bebiendo Kist y la cerveza ceutí, África Star. Los padres, que solían ser los trabajadores de esos mismos talleres, también se marcaban los valses y pasodobles que mas bien parecían que estaban desfilando con paso de marcha ordinaria. Recuerdo que mas de uno, vestido con el uniforme de conductor o de bombero y estando de servicio se despistaba un rato para estar con la familia y tomarse una cerveza juntos mientras los niños correteaban por la calle Fernández Cuevas o la plaza de Daoiz y Velarde a montarse en los “cacharritos”. Otra anécdota que mucha gente recordará es que en la tapia que linda con el río Oro atraparon a unos ladrones que robaron el cáliz y otras cosas del culto de la iglesia de Santa María Micaela, que entonces estaba en la calle Actor Tallaví frente a lo que actualmente es una gasolinera. En esa tapia construyeron una cruz donde mucha gente peregrinaba con sus rezos para perdonar a los mangantes que cometieron el sacrilegio.
Había un camión que prestaba servicios de incendio, creo que era un Leyland con la dirección sin asistir y el volante de casi un metro de diámetro que para conducirlo había que tener los brazos como dos tubos de mortadela, como los tenían entonces y cuando subía por Padre Lerchundy con sus adoquines era como un acontecimiento para los chaveas de esas calles; y otro que tenía las ruedas macizas como una tanqueta; éste ya estaba fuera de uso cuando los camiones Chevrolet de bomberos empezaron a rodar por Melilla. Quizás el señor Verdejo tenga a mano un archivo o museo del Parque de Bomberos de aquéllos tiempos y me rectifique algo, ya me gustaría; si existiera el famoso Leyland sería una pieza de museo y le echaría la pata al Mercedes, por su antigüedad, claro.
Yo he intentado en estas líneas explicar, con toda mi modestia y cariño, el recuerdo hacia aquéllos hombres que les tocó vivir una etapa de la historia de España llena de guerras, postguerra, silencios políticos y necesidades, mas bien eran calamidades y si se les hiciera un pequeño homenaje no se perdería nada, aunque apostaría que ante eso ellos sonreirían comentándolo en el bar Casablanca o en el de La Parada junto al puente del Tesorillo tomándose un café en medio de una partida de dominó junto al camarero pelirrojo, ya que cada uno de ellos era un maestro de ese juego.
Queridos y actuales compañeros de aquéllos viejos, que hoy rondarían el siglo, por simple curiosidad comparen los sueldos y la calidad de vida de antaño y la de hogaño. Solamente sonrían, por favor, porque con eso me sobra para saber que ellos, junto a ustedes, aún están prestando sus servicios en nuestra querida Melilla.
Reciban un cordial saludo de un niño de aquéllos tiempos.



Juan J. Aranda

Málaga 20 Diciembre 2001





Publicado en “Melilla Hoy” el 26 de Diciembre de 2001

A Noelia y Carlos 21/11/2001

A NOELIA Y CARLOS

Todo lo que es nacido del dolor siempre busca una puerta por donde se va al origen de la tristeza. Los jóvenes padres melillenses, Noelia y Carlos, que se unieron, con todo el amor y el cariño a la vida del matrimonio hace mas de un año, desgraciadamente han tenido que enfrentarse a la muerte de sus dos hijas gemelas. Una vino al mundo cuando ya su pequeña alma estaba en un lugar preferente del Limbo con el ángel de los niños. Y su hermana, no pudiendo aguantar su soledad en un vientre extraño lleno de cables, se reunió con ella al día siguiente. A los padres se les reflejaban en sus ojos dos inmensos sentimientos con toda la nobleza y amor esperanzador hacia esos pequeños cuerpos que pensaban llenarlos de su amor.
El cariño o el amor puede ser algo que nos impida hundirnos en alguna depresión o también que nos ahogue. Se, por la fortaleza de sus espíritus, que el recuerdo de sus dos hijas les impedirán hundirse en alguna depresión.
Yo creo que en la juventud de éstos padres existe el elemento formidable del optimismo. El instinto es pasajero y aunque venga una racha de mala suerte continua, ellos, me consta que van por el recto y estrecho sendero del bien aunque ahora sus sentimientos sean pasionales que les consumen y atormentan. Me refiero a lo precipitado de su desplazamiento para que atendieran a Noelia en el hospital materno infantil de Málaga. No se que pudo pasar para ese precipitado viaje en avión desde Melilla a Málaga, si a algún médico se le olvidó algo del señor Hipócrates, aquél griego, padre de la medicina que consideró la enfermedad desde un punto de vista humano, desprovista del factor religioso (yo digo también en lo económico) y estimándola como un proceso natural contra el cual el médico ha de luchar, .....”mi único fin será cuidar y curar a los enfermos, responder a su confianza y evitar hasta la sospecha de haber abusado de ella (de la confianza se refería)....”. O bien que la joven madre traía un embarazo complicado y huelga todo lo dicho anteriormente. Pero yo, como mucha gente, me pregunto: ¿Cómo se produjo el fatal desenlace de la muerte del primer bebé dentro del vientre de la madre?. ¿Es que el responsable de que llevara a buen término su gestación no se dio cuenta de cómo venía el parto?. ¿Cómo es que no la enviaron antes a éste hospital, puntero en Europa, con tantos adelantos para éstos casos de los que carece el comarcal de Melilla ?.
A los padres, huérfanos de sus hijas; también los padres, debido a lo espantoso del desenlace suelen quedar huérfanos si les faltan sus hijos, les gustaría que le dieran una respuesta coherente y con unas palabras llanas y claras pero sin ningún tecnicismo. Eso es lo que me comentaba mi sobrino, Carlos Madrid, el padre de las criaturas. Yo quiero creer que el responsable les dará toda clase de explicaciones y además les consolará y abrazará por la pérdida de esos dos seres que han perdido nada mas empezar sus carreras por la vida.
Dos futuras melillenses nacieron en Málaga y se han quedado en la ciudad de sus antepasados para siempre. Que ese ángel de los bebés los tenga a su lado iluminando a sus padres para la eternidad.
Reciban un cordial saludo desde ésta orilla malagueña.

Juan J. Aranda
Málaga 21 Noviembre 2001
Publicado en “Melilla Hoy” el 18 de Diciembre de 2001



















A los gamberros rompegrifos 13/11/2001

A LOS GAMBERROS ROMPEGRIFOS

Leo en la contraportada del sábado 3 de Noviembre donde “Los melillenses nos dicen” que Rafael Hernández, el Consejero de Medio Ambiente, llama a la “conciencia ciudadana para que dejen de romper los grifos de las fuentes o que se los lleven dejando salir el agua hasta que alguien de aviso para que arreglen el desaguisado, siendo el coste importante, no solo porque cada grifo cuesta 3000 ptas. (¿tanto cuesta un grifo si son comprados en cantidad ),sino también porque se desperdicia mucho agua, algo que Melilla no anda muy sobrada”. A mi me parece, solo me parece o me da la impresión, que éste señor le está regañando a unos niños para que dejen de hacer travesuras: “anda nene, vete de aquí que te vas a hacer daño con ese grifo”, y debe saber que los que rompen los grifos de las fuentes y arrasan el mobiliario público son unos “niños” con pelos en las patas, como decía mi tía Virginia, que tienen la bolsa escrotal tan desarrollada como un adulto cualquiera.
Panchito, hijo de una señora que llevaba un gran moño como peinado que vivía en Ataque Seco, era un tío que cuando se enteraba de que alguien había hecho algo feo decía que la madre debía haber cerrado las “patas” cuando lo parió. Panchito tenía también un hermano, sobón de niñas, un pelín depravado y con muy mala leche que tocaba el violín por los bares de Melilla. A éste le llamaban Sarasate porque tocaba, muy malamente, el instrumento del virtuoso navarro. La gente decía que las trompas de Eustaquio las tenía en estado de letargo, vamos, que además era sordo el tío; sin comprender cómo podía tocar ese instrumento tan melodioso. Un viejo de la calle de Castellón le llamaba “Rascatripas”. El único sordo virtuosos conocido fue Beethoven, pero como comprenderán no vamos a comparar. Yo pienso que no hay que ser tan drástico como Panchito remitiéndome nuevamente al juez de Granada que impuso una ejemplar condena a un chaval que era analfabeto en aprender las cuatro reglas y a leer y a escribir. Si la policía, cuando cogiera a alguno de estos angelitos, un juez pudiera imponerles la pena de arreglar y reponer todo lo destrozado por ellos y sin percibir ni un centavo de euro (hay que ponerse al día en el tema euro) el Consejero de Medio Ambiente se pondría mas contento que unas Pascuas y la imagen tan tristona, con esas gafas de maestro antiguo que suele dar en todas las fotografías, algo le cambiaría, ¿ o no.
La palabra conciencia como tiene varias acepciones me voy a referir a la del sentimiento por el cual aprecia el hombre sus acciones, como es la práctica de oír o escuchar la voz de su conciencia. El sentimiento como todo el mundo sabe es el conocimiento de la tristeza, la pena, la alegría, el amor y ¡ojo!, también de la perversidad. Ser perverso es lo mismo que ser depravado y ahí es donde entra lo diabólico. Esto último es lo que practican los salvajes con toda atrocidad; mi respeto y mi cariño a los salvajes que viven en las tribus en estado primitivo. Yo, que a veces soy un poco incauto, me imagino cosas tan inverosímiles como que ésta gente pueda estar leyendo éste periódico ahora mismo y que su cerebro se vuelva como un calcetín y le dicte cosas tan escabrosas, para ellos claro, como trabajar en bien de la comunidad en vez de pensar en lo mal que lo están haciendo. Pero qué iluso eres Juanito, como diría mi abuela. Bueno también, sin ser gilipollas, de ilusión vivimos algunas personas. Ésta gente les pasa como a los cojos, (mis respetos y cariño hacia ellos) que nunca se les olvidan sus muletas. Me refiero a que jamás se les olvida de soplarle a la cuchara cuando el bandido de su estómago le pide que le eche comida.
La fuente que ilustra la queja, la existente en la cuesta del cementerio, alguien estará de acuerdo en que mas bien parece un abrevadero para animales de cuatro patas que una fuente pública normal y corriente. Y además está a bastante distancia de cualquier vivienda a merced del desaprensivo que desee llevarse un grifo; con solo una llave de las llamadas de grifa (no de la que se fuma) lo tiene en cinco minutos, porque por lo que se puede ver éstos son grifos, mas bien domésticos y no de esos “pollúos” de una pieza que para quitarlos tendrían que hacerlo a fuerza de martillazos o con una gran llave pesada. En fin algo deberá hacer el responsable de los grifos de las fuentes y mobiliario público para que no se los manguen o los destrocen.
“Qué edad mas llena de divino encanto/ aquélla en que mi madre me dormía/ al blando arrullo de su dulce canto”. Éstos versos los escribió Arturo Reyes siendo joven recordando a su madre a pesar de que lo abandonó siendo un niño pequeño. No sé si habrá algún símil con respecto a las madres de los destrozones, por si acaso yo, con el permiso de Arturo Reyes, se los dedico en vez de decirles una picardía gorda. Así queda mas fino y no les picará las manos, como mucha gente dice, a sus respectivas madres si son mentadas sin culpa ni razón.
Reciban un saludo


Juan J. Aranda
Málaga 13 Noviembre 2001





Publicado en “Melilla Hoy” el 9 de Diciembre de 2001
















































































Simbolismos de ayer 10/10/2001

SIMBOLISMOS DE AYER



Decía Proud que el poeta no puede escribir algo que no sea capaz de decir en una conversación. Yo a veces me creo, solo me creo, un poco poeta y cuando eso ocurre, a mi memoria le brotan sensaciones que me obligan a plasmarlas en una cuartilla. El punto de inspiración de todos mis escritos con respecto a Melilla lo saco de mi memoria infantil, la única que me obedece con toda fidelidad por ser la edad en que todo es sano y limpio.
Yo conservo un objeto, que es como un talismán, que me ayuda a recordar las cosas mas inverosímiles de cuando era un chaveilla en Melilla. Este es una cajita metálica plateada con ribetes dorados que cuando se abre como un resorte, debido a un pequeño muelle en la tapadera, parece que aún tiene el olor a rapé o tabaco de mi tío Juan, el que murió en la guerra del 36; mi abuela, su madre, la conservaba como oro en paño. Esta cajita siempre ejerció una rara atracción en mi mente infantil y ahora con mis años a cuestas aún me ayuda a recorrer Melilla en los años de cuando yo era un niño. Con respecto a esto, algunas personas parecen estar sepultadas en su memoria o ignorancia con respecto a la historia y les impide desarrollar algo de lo ocurrido en el transcurso de sus vidas. Otra cosa que decía Roa Bastos era que la memoria no recuerda el miedo, yo tengo que contrariarle porque a veces a mi memoria le vienen retazos de miedos ocurridos en mi niñez, pero son los menos.
Todo esto viene a que en este diario del domingo 7 de Septiembre, en su primera página, viene una fotografía del monumento a los Héroes de España (el León de la Avenida) y me hizo recordar que muchos nombres que figuraban en la única relación, los niños los leíamos cruzando la acera de la sastrería Cuadrado: “Mira ese es mi tío....; pues aquél era el hermano de mi madre, y se que esta enterrado en Majadahonda”. Después se hizo justicia y pusieron los nombres de los que murieron en el otro bando.
Hay gente que ve mas que mira y mira mas que admira. Es como un juego de palabra dirigido a los señores políticos que desean retirar toda la simbología franquista de la ciudad. Yo les recomiendo, dentro de mi modestísima opinión, que esperemos que pasen otras generaciones y estas puedan decir: “Cómo estaría España para permitir que un general se levantase en armas y la dejase atrasada durante cuarenta años con respecto a las naciones de nuestro entorno ”. En la actualidad si a un joven, que no conoció el régimen franquista, se le dice que en aquéllos años había que jurar los Principios Fundamentales del Movimiento para acceder a la plaza de funcionario o de cualquier cuerpo de seguridad del Estado, algunos te dicen, en su ignorancia, que eso era una jilipollez; no era una jilipollez sino una ignominia. Poco mas o menos dirían lo mismo que nosotros, por ejemplo del Tratado de La Haya del 7 de Septiembre de 1701 en el que Inglaterra, Holanda, Austria y Portugal se quisieron merendar Menorca, Gibraltar, Ceuta, las Indias, las provincias del norte de Flandes, el Milanesado, Galicia y Extremadura. A que les parece algo absurdo en estos tiempos y en pleno siglo XXI, y no digamos del aborrecido Fernando VII o de algún “defensor patrio” decimonónico, como el general Pavía, que entró disolviendo las Cortes montado a caballo; poco mas o menos como Tejero el 23 de Febrero de 1981. Quédense tranquilos que retirando las simbologías franquistas no van a conseguir mas votos, solo van a provocar enfrentamientos casposos y trasnochados que ninguno de ustedes ni nadie en Melilla desea. Háganse la idea de querer medir un pez de gran envergadura vivo; apuesto que les costaría trabajo hacerlo con los aleteos y movimientos de la cola y la cabeza, pero si ya esta muerto entonces si que se le podrá medir todo el cuerpo. El “pez” que ustedes quieren medir (tirarlo por la borda), es la historia de cuarenta años de España, y creo que esa historia debe seguir su curso sin ningún sobresalto; a pesar de que hayamos estado cuarenta años atrasados con respecto a nuestros vecinos de Europa.
Señores representantes de izquierda, trabajen en favor de los melillenses que para eso los han votado y a las heridas de los agravios y ofensas hay que verter bálsamos de consuelo, pero nunca olvidar la historia. La nuestra, nuestra Historia con mayúsculas es la que tenemos y por mas que queramos cambiarla ahí esta con su abanderada vetustez, llena de gloria y honor a veces y otras vale mas guardarla en lo mas recóndito de nuestras almas.
Reciban un saludo


Juan J. Aranda
Málaga 10 Octubre 2001




Publicado en “MelillaHoy” el 24 de Octubre de 2001





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Recuerdos de unas navidades 02/11/2001

RECUERDOS DE UNAS NAVIDADES


Marlene Dietrich, con respecto a la edad, le decía a un amigo: “Si pudieras marcharte ahora y volver hace diez años”. Yo, en estas fechas tan señaladas, soy mas egoísta porque quisiera volver a hace cincuenta años, cuando el olor a matalahuga y anís garrafón con el azúcar quemada siempre estaba en las puertas de las casas de mi barrio. Los roscos y los pestiños de Vélez, como le gustaban a mi padre, y a toda la familia, claro, eran los que mi madre hacía, y de verdad que estaban muy buenos. Cuando una vecina obsequiaba a mi madre con un plato de borrachuelos: “... para que los pruebes, Mariquita”, mi padre, con toda su guasa y retranca le decía que a esa vecina la iba a denunciar al Sindicato de la Masa Frita ( me imagino que sería el sindicato de los churreros) por lo mal que hacía esa clase de dulces. Las panderetas y las zambombas, compañeras inseparables de los acordes de los villancicos, donde los peces son los únicos que no se hartan de beber agua del río y la Virgen María es la mas limpia de las madres teniendo los pañales de su hijo, lavados en el mismo río, todos blancos como la nácar.
Cuando se desataba el viento en Melilla, los barrios altos sufrían las ráfagas de un silbido gritón que asustaba. Parecía que las casas se iban a derrumbar como un castillo de naipes. Mi madre tenía un pañuelo de seda que mas bien parecía una toquilla, siempre lo llevaba rodeándole el cuello a modo de bufanda; cuando el viento apretaba con la fuerza que lo hace en la ciudad se lo quitaba y me lo rodeaba en la cabeza abrigándome todo el cuerpo, “... abrígate Juanito y vamos a casa de la abuela”. En la actualidad parece que siento el calor y la fragancia del pañuelo de seda de mi madre. Entonces muchos niños íbamos pelados a L´oparisié y la rasca en la calle de Castellón camino de la casa de mi abuela era tremenda. El peluquero que solía pelarme siempre decía que la cabeza, por fuera, te la arreglaba él pero por dentro solo Dios era capaz de ponerla en orden. Que tío mas guasón era aquél fígaro, siempre oliendo a colonia baratucha y hablando de historia, porque de política en aquéllos años de luces opacas, nanay.
Cuando mi madre me llevaba a la calle del General Margallo, junto a la relojería Alemana, aquélla que tenía un gran reloj con dos esferas en lo alto de la puerta de entrada a la tienda donde su dueño, un anciano teutón de cabeza redonda, que no cuadrada, como buen alemán, y de aspecto bonachón a ver los puestos de zambombas y de todos los artículos de las Navidades, se podían ver a unos burros flacos y famélicos; algunos de ellos recorrían varios kilómetros hasta llegar a Melilla, al Rastro. Recuerdo que los animales se quedaban quietos allí donde sus dueños los dejaban; estaban acostumbrados al bullicio de la gente y solo rebuznaban cuando percibían algún congénere cercano del sexo contrario.
Leo con alegría que la banda de jóvenes músicos ofrece conciertos en el templete del parque de Hernández las mañanas de los domingos. Yo me acuerdo que nuestra banda, la de Don Julio, nuestro profesor, el que siempre reivindico su nombre para una calle de Melilla, y que nadie del palacio de Enrique Nieto me ha contestado. Creo que el político que debe contestarme o replicarme estará pensando en las próximas elecciones para trabajar en bién de los vecinos pero si fuese un estadista creo que pensaría en la próxima generación de esos vecinos, ahí la gran diferencia de uno y otro político. Hace tiempo leí algo que decía que el mejor gobierno no es aquél que hace más felices a los hombres, sino aquél que hace felices al mayor número de personas. Como iba diciendo, Don Julio nos citó un año por Navidades en la Puerta de la Marina para subir al Pueblo a cantar villancicos, acompañados de laudes, guitarras y bandurrias, en el Gobierno Militar. No me pregunten el motivo de que unos niños bien arregladitos fuéramos a cantar villancicos a la casa del Gobernador Militar de Melilla, solo se que aquél día nos dieron un paquete lleno de dulces de todas clases que hicieron las delicias y también el ahorro en mi casa.
Subíamos por el Torreón de la Cal y veíamos las pequeñas puertas de madera, siempre cerradas con unos grandes candados, como los de los castillos medievales, decíamos, y por encima de ellas se podía leer una leyenda de las fechas y el nombre del rey que había en España cuando terminaron esos aljibes, porque de eso se trataba, de unos aljibes construidos a pico, martillo y cincel por los presidiarios de otros siglos para abastecer de agua a la población. En la actualidad, cuando paseo por esa plaza de cuesta, me viene a la memoria aquél concierto de Navidad que ofrecimos los niños de la banda del Frente de Juventudes al Gobernador Militar de Melilla. Qué bonito es imaginarse niño. En ello se va la vida con cambios maravillosos. Si miras hacia el fondo solo ves imágenes borrosas, como si se reflejara tu existencia en el líquido amniótico de tu madre, pero si te detienes a medio camino entre la niñez de bebé y los siete años de vida las imágenes se ven claras y brillantes como si el sol alumbrara tus pensamientos.
Por estas fechas tan entrañables y llenas de tristezas para algunos y alegrías para otros, recuerdo el ruido del viento y de la lluvia que azota la tumba de mis padres junto al mar de mi ciudad, Melilla, ruido que silba suspendido en el aire como una nota musical guiada por un diapasón de armonía silenciosa, volando desde su campana musical en La Purísima y aleteando por sus murallas centenarias.
Reciban un saludo cantando un villancico que para eso estamos en las fechas adecuadas.


Juan J. Aranda
Málaga 2 Noviembre 2001





Publicado en “Melilla Hoy” el 23 de Diciembre de 2001

Diario La Opinión 26/11/2001

Señor Director de “La Opinión” :

En éste periódico del viernes 23 de Noviembre, página 28, en “La Encuesta” y sobre la pregunta que se le hace a los ciudadanos: ”Si Gibraltar es español, ¿ Ceuta y Melilla deben ser de Marruecos ? “. Veo que de las cuatro personas que contestan a la pregunta, tan solo uno de ellos, Andrés Ruiz, peón de albañil, es el que verdaderamente se ha expresado con contundencia. No se los estudios académicos que habrá cursado éste joven albañil, lo que si les aseguro que algo siente por la españolidad de las dos ciudades hermanas tan españolas como Alhaurín el Grande, Ciudad Rodrigo o San Sebastián, situadas en el norte de África y fronterizas con el reino de Marruecos.
El profesor, Antonio Alcaine, dice que se pida opinión a los ciudadanos y que sin coacción , ni política ni informativamente, decidan. Muy bien, pero eso solo vale para los de Gibraltar que muchos llanitos ignoran o quieren ignorar el articulo 10 del Tratado de Utrech, que siendo tan largo, poco mas o menos dice. “ España cede a Gran Bretaña la propiedad, no la soberanía. Sin jurisdicción alguna territorial. Con las limitaciones de carácter económico, militar, religiosa y administración interna y también con la cláusula resolutiva de cesión “. “Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender o enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por éste Tratado que siempre se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla”. El señor Caruana lo mismo que los dirigentes locales del Peñón saben de éste artículo y por eso núnca lo mencionan, siempre que lo hacen es demagógicamente.
Al-Medinat-Al-Fatah, Ciudad de la Victoria, construida por el caudillo árabe español Al-Muwahhid Abd-al-Mumin en la ladera occidental de Djabal Tarik (Gibraltar o Roca de Calpe). Dicha ciudad se empezó a construir por el matemático malagueño, que casualidad que era paisano, Al-Hajj Yais y ayudado por el arquitecto Ahman Ibn Basu el 19 de Mayo de 1160. Desde los fenicios pasando por los cartagineses, romanos, visigodo, musulmanes 1160, reino de Taifa de Algeciras 1212, castellana 1309, reino de fez 1333, recuperada por Granada 1364, reconquistada por Castilla 1462, y en 1704, debido a unos gobernantes felones y unos ingleses draconianos pasa a manos de la Gran Bretaña.
Y sobre Ceuta y Melilla diré que Septem Frates, Sebta o Ceuta, desde el año 69 de nuestra era ha pertenecido, jurídicamente, a Gades (Cádiz), y en su devenir histórico siempre ha estado dependiente de la Península hasta 1588 que siendo portuguesa pasó a la monarquía hispánica hasta 1640 y al grito de : “Ceuta por Felipe IV” deciden sus habitantes su incorporación a España, :”.... Y como tal hágola de éstos mis reinos, para que sea tenida y estimada como yo la tengo, con los honores, atributos, privilegios, exenciones, prerrogativas e inmunidades, etc. “.
Rusadir (Melilla) siempre estuvo vinculada a los poderes peninsulares: romano, bizantino, godo, Islámico-español o cristiano, nunca ha estado vinculada al reino de Fez ni a su continuador el de Marruecos; éste se fundó en 1666 por el antepasado del actual Mohamed VI llamado Muley Chérif.
El 17 de Septiembre de 1497, unos años después de que Málaga pasara a la Corona de Castilla, las huestes del Duque de Medina Sidonia al mando de Don Pedro Estopiñán y Virués se tomó la abandonada fortaleza de Melilla. Hago hincapié en que Melilla no era propiedad de nadie. Como todo el mundo sabe, después de tantos Tratados bilaterales durante casi tres siglos hasta el 22 de Septiembre de 1774, en el famoso Sitio que puso el emperador de Marruecos a la ciudad de Melilla, bombardeándola durante cien días dijo, en referencias a unas reclamaciones que nuestro Carlos III hizo: “ En cuanto a las Plazas que están en las Costas de Nuestros Dominios, y sobre lo que el Rey de España reclama su derecho de pertenencia, no son ni nuestras ni de El, pertenecen a Dios Todopoderoso, que las dará a quien plazca”.
El 13 de Abril de 1498 se firma en Alcalá de Henares el Asiento entre la Real Hacienda y la Casa Ducal de Medina Sidonia. Pero el Tratado que deben saber mucha gente y en especial la secretaria Ana Triviño y la estudiante Inmaculada Fuentes es el de 23 de Febrero de 1860 con sus nueve artículos donde en el 3º dice : “S.M. el Rey de Marruecos ratificará a la mayor brevedad posible el convenio relativo a las Plazas de Melilla, el Peñón de Alhucemas, que los Plenipotenciarios de España y Marruecos firmaron el 24 de Agosto de 1859. “ Cosa que se hizo en Tánger firmando el Acta de Demarcación de Melilla y Campo Neutral el 26 de Junio de 1862.
Todo lo expuesto anteriormente, siendo una ínfima parte de la verdadera historia de éstas dos ciudades hermanas, del que soy un enamorado, debiera servir para que muchas personas reflexionen y corrijan los juicios precipitados de algo que ignoran y que pueden hacer mucho daño moral a muchos ciudadanos compatriotas –no patrioteros- de Ceuta y de Melilla.
Gabriela Mistral decía que la imagen materna de la tierra es una actitud de una madre con su hijo en brazos, sus criaturas (seres y frutos) en los anchos brazos. Esa es mi tierra, Melilla, ciudad española por excelencia, con el idioma de Cervantes, africana por su situación geográfica, pero con cuerpo español en todas sus dimensiones.
Reciban un saludo


Juan J. Aranda López

Málaga 26 Noviembre 2001



Ebtregado al diario “La Opinión de Málaga” para su publicación. No se publicó.

Comentarios Noviembre 2001

COMENTARIOS



Debido al tema tan traído y llevado como es la marcha del embajador de Marruecos, sin motivo aparente, de Madrid, y toda la parafernalia del sempiterno empecinamiento reivindicativo por su parte y también de alguna gente de pluma fácil y tertulias de café aguado que no tienen ni puñetera idea de la problemática de nuestras dos ciudades africanas; hay algunos que cuando hablan de Melilla, me refiero a políticos de 3ª regional, lo hacen con acolchamiento, con una gran sordina, de esquinilla, como diría mi vecino, con disimulo sibilino para que en caso de salir rebotado no le explote en sus morros toda la gilipollez desinformada que ha soltado. Ante todo esto a mi me vienen a la memoria los versos de Rosalía de Castro que dedicó a su Galicia con toda su nostalgia y morriña. Yo creo que tengo derecho a estar triste y sandoso, como llamaba Azorín a la nostalgia, que no morriña por la lejanía de las dos orillas porque en ésta ciudad donde vivo, a los melillenses y a nuestra ciudad se nos quiere como hermanos, porque realmente lo somos desde siempre, y leyendo esos poemas tan llenos de amor hacia su tierra, hace muchos años hice un símil refiriéndome a Melilla ya que escuchaba muchas cosas que a muchos melillenses nos dolía en lo mas profundo de nuestra identidad como hijos suyos y también como español. El símil lo dejé guardado y de vez en cuando me da el avenate de releerlo para sentirme mejor y se me quiten los malos pensamientos, que también los tengo ya que soy humano. Rosalía de Castro decía de su hermosa Galicia: “Sombra que siempre me asombras,/ si cantan, eres tú quién canta./ Si lloran, eres tú quién llora./ Siempre estás en mi recuerdo,/ sombra negra, negra sombra./
Yo le digo a nuestra Melilla desde esta otra orilla con todo el amor de hijo ausente: “ Melilla que siempre me iluminas /, si te critican despotricando / eres tú quien me cantas y me asombras /. Si tus hijos lloran, eres tu quien sufres /. Siempre estas en mi recuerdo /. Negros presagios, sombras negras. / Melilla africana, española eres/.
A mi siempre me ha gustado, sin ser poeta, darle un colorido de poesía a todo lo referente a Melilla. Me gusta desarrollar, mas bien desmenuzar, las excelencias de mi ciudad. Allí fue donde tuve el privilegio de nacer, donde pasé mi niñez y juventud, donde serví a mi país y lo mas importante, donde me enamoré y me casé. A veces los féretros escondidos en la tierra acantilada, como las aguas de un río turbulento, se agitan cada vez que caigo en la tristeza o en las garras de alguna leve enfermedad. Se que son mis padres desde la Purísima que me envían besos con las olas de espuma blanca tan cercanas a ellos.
Yo creo, amigo Garbín, que el ser poeta como tú es saber acoplar los renglones de la escritura y pensar en toda la belleza de la vida, y por desgracia yo no se hacerlo, lo que si hago a menudo es, como decía un escritor del siglo XIX, pasar las horas plumeando cosas que me van saliendo de lo mas hondo de mi alma. A veces con jocosidad y alguna chanza festiva, que no burla, me dirijo a algunos representantes del pueblo para ver si con mi modestísimo y utópico parecer les hago cambiar el suyo anclado, remunerado y comodón por los presupuestos de todos y que sea la cultura la que impere en sus decisiones, porque ésta es la simiente para que un pueblo se forme como tal. La cultura no debe ser distante entre los pueblos. Gigantes de cantina, como decía Pablo Neruda sobre los poetas pobres que leían sus versos en las cantinas. Los gigantes de cantina de hoy son los habladores “futboleros-politiqueros” que no hablan de poesía (para qué, eso es una ñoña tontería) sino como va la marcha del fútbol o cuantos miles de millones ha costado el jugador traído de fuera para un equipo de primera, y lo mas lamentable es que no ve el bache que tiene en su puerta desde hace tiempo o que la basura no la recogen a diario o que el autobús no tiene el horario regulado o que su sueldo no le alcanza para final de mes mientras que su representante al que ha votado con todo el cariño y confianza se ha pasado a otro equipo, que deja mucho que desear al perder todos los partidos, peleándose a diario con el otro por el hecho de mojarle la orejilla y colocándole una querella trapera, pero lo mas gordo es que lo saluda, con los colmillos afilados, en la puerta del Consistorio como si no hubiese pasado nada.
Empecé por la emigración, al revés, de vuelta a su país del embajador de Marruecos y mira donde me encuentro. Como ya te he dicho antes, Garbín, yo plumeo lo que Melilla se merece, que son canciones y versos de amor en la distancia de todos sus hijos que nos encontramos lejos de ella. Hoy con la intermitencia de mi corazón y la madurez de mis años veo cómo trepan por las murallas que la guarnecen algunos “trepas” para destruir la cultura española.
Reciban un abrazo, cuídense y a abrigarse que hace mucho frío.


Juan J. Aranda
Málaga Noviembre 2001




Publicado en “Melilla Hoy” el 28 de Diciembre de 2001

Agradecimiento a Antonio Aznar 23/10/2001

AGRADECIMIENTO A ANTONIO AZNAR



Hay que ver lo que da de si una buena amistad, de verdad que cuando menos te lo esperas recibes una sorpresa dándote una gran alegría. En una de mis últimas estancias en Melilla en compañía de mi esposa, que por cierto y suerte también, es nacida en la ciudad visitábamos, como es preceptivo, a la família y a los amigos de antaño, amigos de cuando por la Avenida se podía pasear en las tardes de domingos sin ningún coche que te fastidiara hasta la hora de retreta y parte; cuando los pobres soldaditos se daban las famosas carreras hasta la C.O.A. de los cuarteles o la de Cabrerizas para llegar a la hora de pasar lista en el patio de su cuartel, quedando la Avenida solamente con las cuatro parejas de siempre que no paraban de saludarse en toda la tarde, desde la salida del cine a las siete y el paseo hasta las nueve, hora en que la muchacha tenía que pasar su lista y revista en su casa.
Cada vez que visitamos a la familia de Antonio Aznar, en el barrio de Del Real, siempre me quedaba admirado de uno de los cuadros que tiene colgado en su salón. Éste es el escudo de Melilla en relieve, enmarcado en cuadro de unos cuarenta por treinta centímetros mas o menos. La leyenda de los Guzmanes en todo lo alto de la corona en la que se lee la célebre frase de preferir que muera su familia antes de entregar la plaza: “Praeferre Patriam Liber Parentem Decet” se puede leer fácilmente. El color rojo o gule de los castillos y el de plata de los leones se pueden ver perfectamente rodeando las dos cacerolas o calderetas con las serpientes (sierpes) del color verde o sinople, como es natural en los blasones y escudos heráldicos. El manto que rodea las dos columnas del Nom Plus Ultra en el que se puede leer la famosa leyenda, según pude saber hace ya muchos años, algunos Grandes de España las poseen pero otros no, en este caso la Casa Ducal de Medina Sidonia si que lo tiene ya que figura en nuestro escudo. Desde el 11 de Marzo de 1913, como todo el mundo sabe, Alfonso XIII nos lo concedió: “Queriendo dar una prueba de mi Real aprecio a la Plaza de Melilla y en atención a los próceres.....”. Y porque ya era hora de que nuestra ciudad tuviera un escudo representativo como cualquier ciudad española.
El dragón que esta debajo del escudo siempre me intrigó y mas teniendo una lanza clavada en la boca, pero gracias a Constantino Domínguez, autor de “Melillerías” y de un librito turístico sobre Melilla, supe el motivo. Por lo visto Alonso Pérez de Guzmán que luchaba a favor del rey amerindia, Abú Abdalah Abu Yusef Yacob, mató una gran serpiente (el dragón) que estaba asustando y matando a muchas personas en las cercanías de Fez y éste en agradecimiento ordenó que le pintaran un dragón en el escudo del leonés para así perpetuar la hazaña y se recordase su valor para las generaciones venideras. Yo tengo un poema de protesta a mucha gente que habla sin razón alguna sobre nuestra ciudad y nuestro escudo por su composición, parece que me brinda la oportunidad. Conste que lo escribí allá por los años en que el señor Dudú campaba por sus respetos en la política española en 1985, cuando los sucesos de la Plaza de España. El poema dice así: “ Heráldico escudo de León y Castilla,/ con gules los castillos/ y plata sus leones./ Como un antepasado en Tarifa/ un Guzmán lanza un puñal./ Sus dos calderas de serpientes/ siete son en cada una. / El Non Plus Ultra con sus columnas/ como algunos grandes de España/ manto y corona llevan. / El dragón que aguanta el escudo/ en su boca una lanza clavada lleva. / Melilla al igual que su dragón/ y en el mismo sitio en España/ la espina lleva clavada de algunos/ españoles por su sinrazón./
Esa espina de desidia, de malas informaciones, también de insidias y a veces de políticos con sus peleas de patio de vecinos es la que nuestra ciudad lleva clavada sin merecerlo. Si se fijan que el dragón esta abajo y fuera del escudo y Melilla se encuentra también fuera y al sur de la Península la analogía es perfecta.
Antonio Aznar, como ya digo, es un buen amigo y cada vez que cruza la mar con dirección a Málaga, me mima con los regalos referentes a nuestra ciudad; todos llenos de sentimientos encontrados. Yo me dejo llevar por la ilusión, siendo el recuerdo constante y además que en lo referente al escudo éste es muy bonito y no saben ustedes la alegría que da cuando circulas por cualquier carretera de la Península y te encuentras detrás o delante de un coche con la matrícula de nuestra ciudad o con la de otro municipio pero éste con un pequeño escudo o con una pegatina en la parte trasera o delantera donde, a veces, figura “Melilla”, como yo lo llevo porque hay que hacer patria. Aunque sea utópico, ilusorio y no vaya a ningún lado, pareciendo una tontería, yo personalmente propondría al responsable de la Ciudad Autónoma que me enviase unas pocas pegatinas para repartirlas a melillenses residentes en Málaga, que somos muchos miles de los que conozco bastantes de ellos. Y si mi persona no es de merecida confianza existen unas entidades como son las “Casas de Melilla” en muchas ciudades que bien podrían repartir toda la propaganda que el responsable de Cultura de la Ciudad les enviara y no tener que darle el tostón a la familia y amistades para que te envíen algo que te hace ilusión llevarlo en el coche, en la moto o en tu cartera como una condecoración virtual de la ciudad que te vio nacer y de la que estas tan orgulloso. Ya se que éste responsable al leer todo esto no me hará ni caso pero por lo menos ahí queda la idea de “hacer Patria” aquí en ésta otra orilla.
Otra de las maneras de hacer melillismo es llamarle gilipollas, no gilipuertas que parece mas fino y de colegio de curas y de pago, al periodista que hizo el reportaje sobre Melilla en El Periódico de Cataluña y que fue tildado por Imbroda muy finamente de “idiotez supina”, “quedándose pasmado” cuando supo que el reportaje titulado “Juego peligroso en Melilla” decía cosas que ni tenían que ver con la realidad de Melilla ni nada parecido. Yo digo que eso no es nada comparado con lo que se escucha, a veces, de nuestra ciudad, por las informaciones torcidas de mucha gente de pluma fácil y verborrea vomitona, y lo que mas duele es que muchos de los comentarios que se escuchan son de personas que nacieron de Melilla o que han residido allí por lo que te da mas mala leche la cosa.
Antonio y Aurelia: gracias profundas y que nos veamos pronto. Un abrazo amigos.


Juan J. Aranda

Málaga 23 Octubre 2001

Publicado en “Melilla Hoy” el 31 de Octubre de 2001

A los aprendices de gorrillas 06/11/2001


A LOS APRENDICES DE “GORRILLAS”


El día treinta de Octubre Garbín desde su “Albero” particular denuncia el lamentable espectáculo que se ve en la puerta del cementerio de la Purísima a los niños que proceden de donde todo el mundo sabe, y los mayores que los acompañan requiriéndoles éstos las pocas monedas que recaudan por la “guarda y custodia” de los coches allí aparcados.
Aquí en la Península y concretamente en Málaga existe un ejemplar que parece va en aumento en muchos semáforos en vez de extinguirse como debiera ser. El raro ejemplar es un señor o señora, de veinte a cuarenta años, aparentemente bien alimentados, lentos de movimientos, que te ofrece un periódico, “La Farola”, muy manoseado por 200 ptas.; éstos suelen ser de Rumania, muy prudentes y llenos de timidez, que en vez de trabajar manualmente como cada quisque prefieren respirar durante varias horas al día toda la porquería que sueltan los tubos de escape de los coches y vender un periódico que no se sabe muy bien quién o quienes lo financian y quién o quienes se llevan los beneficios, o sea, la parte del león. Hay otros que cuando empiezan sus rondas, éstas son de ventas de tabaco rubio americano de contrabando, se acercan a la ventanilla de tu coche muy correctos y aparentemente bien vestidos para ofrecerte su mercancía; para mi éstos son los pobres vergonzantes, los que llevan su pobreza con toda dignidad, parados que por su edad no encuentran nada y la venta de tabaco de contrabando es su única salida para llevar a su casa un modestísimo sueldo; los pobres de solemnidad, como se decía en los años de la posguerra eran otra cosa.
También tenemos, desgraciadamente, a los enganchados a la degradación de la droga, los que a pocos meses la vestimenta que llevaban se ha convertido en ropas ajadas y de varias tallas mas grandes que la suyas; la barba de varias semanas aflora en sus rostros depauperados por la mierda que les venden y se meten en sus cuerpos y la mala alimentación. Pero lo que me impresiona mas de todo esto es el arte, porque son actores de verdad, que tienen para sacar el dinero para su dosis diaria. Hay algunos que se acercan con unas llaves en la mano diciéndote que su coche está aparcado cerca y se ha quedado sin gasolina y sin dinero y se tiene que ir a Córdoba o Coín; éstos van bien vestidos y no sospechas nada y algún incauto le da algunas monedas, algunas son de doscientas pesetas en adelante. Los donativos suelen ser mayores por el motivo que te explica y también porque te toca la cuerda de la sensibilidad y tu buena fe es la que te ordena y manda en esos instantes, pero como lo hacen tan a menudo en los mismos sitios, se les toma la medida y solo picas una vez. Otro ejemplar es el que se acercaba a ti mientras echabas carburante en una gasolinera- autoservicio (otra forma de eliminar puestos de trabajo donde a veces te manchas la ropa y te pones hecho un asco) y te pide, garrafa de plástico en mano, que le eches un chorreón, que suele ser casi un litro (140 ptas mas o menos), y cuando la tiene llena se acerca a su coche y la guarda junto a las que tiene llenas en su maletero. A ese ya no se le ve, por lo visto nadie se prestaba ya a su juego.
Pero como el tema es de gorrillas hay que hablar de ellos. Éstas personas suelen estar en los alrededores de la estación del ferrocarril y de autobuses, en las grandes concentraciones donde se aparcan muchos vehículos y también en los solares sin vallar que existen dentro de la ciudad, dándose sus buenas carreras para saludarte, con una especie de genuflexión abochornante para ti, gorra en mano, en el momento de salir de tu coche (poco mas o menos como algunos fronterizos lo hacen en Melilla) debiendo, digo bien, debiendo darle su moneda de cien pesetas porque ese es el precio de tu tranquilidad durante las horas que tienes para realizar tus quehaceres. Alguno que no se rascó el bolsillo se encontró a la vuelta con una rueda floja y pinchada o con una raya producida por un objeto punzante en una de las puertas.
Las gorras solían que portaban solían ser de muchas clases, las habían de los antiguos uniformes de cartero urbano, hoy auxiliar de clasificación y reparto; de guardia urbano, hoy policía local; de barrendero, ignoro su nombre actual, pero me imagino que serán empleados de la limpieza viaria; de policía armada, hoy policía nacional; de militares, éstos siguen con sus patronímicos, siendo las de éstos las que mas se veían, claro está ninguna llevaba su insignia correspondiente, pero por su forma se sabía su procedencia.
Si en nuestra ciudad, Melilla, existen niños y mayores que se erigen en albaceas de la guarda y custodia de los vehículos aparcados en La Purísima o en cualquier otro lugar de la ciudad, en Málaga, ciudad donde resido, y creo que en ninguna ciudad de la Península, tengo que decir que ningún niño se ve haciendo ese “servicio”. Pienso que las autoridades sabrán lo que se debe hacer al respecto, para eso los han elegido los ciudadanos, por su sabiduría, empatía y todas las palabras que terminen en “ía” pero no de Almogía (es cachondeo) y también, eso si, que sus sueldos van incluidos en ese trabajo social, o no; es mi pregunta tonta, ¡ah!, ya se me olvidaba, y que no se le ocurra al que organiza la ruta turística de los alemanes, ingleses, etc. que están llegando a la ciudad, y que sea para mucho tiempo, llevar a éstos de visita al cementerio y que vean el espectáculo de unos niños que les acosan por todos los flancos, chamuyándoles un mal castellano para obtener una propina porque entonces quedará como la Chacha Andrea, con el orondo culo (para mi todos los culos son orondos) al aire y cogerá un resfriado de acostarse, como dice la cantante Martirio.
Reciban un saludo



Juan J. Aranda
Málaga 6 Noviembre 2001



Publicado en “Melilla Hoy” el 2 de Diciembre de 2001

Vivencias de niñez 12/11/2001

VIVENCIAS DE NIÑEZ


Ya no me acuerdo donde leí que el niño que no juega no es niño o está enfermo, pero el hombre que no juega como un niño perdió para siempre el niño que había en él y que le hará mucha falta. Cuando yo era pequeño con la comunión recién cumplida y correteaba sin el permiso de mis padres por los parques Lobera y Hernández a ver patinar en éste último a los niños que tenían patines, entonces era raro los padres que podían costear ese juguete, en la pista cercana a la pajarera; qué envidia nos daban a muchos correcaminos y meones de esquinas de aquéllos años. También por el puerto al atardecer a ver a los pescadores de caña llevar el cubo de la mano todo ufanos y orgullosos de lo que habían cogido cerca de la estrafalaria roca con forma de una gran fauces a la que antaño bautizaron con el nombre de “La Boca del León” y su “colmillo” cercano al Bonete donde nos bañábamos sin ver peligro alguno porque nos creíamos, en nuestra ignorancia de niños, que las rocas de los acantilados son lugares donde el mar sube cantando, a veces con delirio, como si fuera un aria operístico y otras lamiendo y suavizando con su espuma sus picos hirientes; todo esto a pique de que el “Tío de las mantecas” nos llevara a los niños traviesos y andarríos, como decía mi abuela. Cuando murió su perro, su heraldo, Boby, un perro muy feo, me harté de llorar; siempre creí que iba a durar toda la vida, como todo lo bueno que poseemos cuando somos niños, pero cuando el camión de las gaseosas le pasó por encima supe que los perros no ladraban cuando se morían. Y aquél pescador que se mosqueaba cuando le maullábamos cuando se disponía a pescar marchándose mascullando por lo bajini algo que no le haría gracia a nuestros padres.
En aquéllos años había un hombre muy mayor que decían estuvo en la cárcel cuando el Movimiento y que era un rojo. Siempre creíamos que el apelativo era por su cara colorada y llena de salud pero era porque no estuvo de acuerdo con que Franco formara el follón que formó. Pero esa es otra historia. Éste hombre vivía en la calle de Castelar, hoy le llaman Avenida de Castelar. Quien le cambiara el rótulo de calle por el de avenida sería porque en realidad es una avenida de agua y también que a los que viven en ella les gustará mas por lo rimbombante, porque no es lo mismo vivir en una calle llena de coches y casi sin aparcamientos que residir en una avenida con los mismos coches y sin los aparcamientos, pero como sabrán, lo que realmente es una rambla, cosa que a mi personalmente me da lo mismo, seguiré llamándola calle de Castelar porque a Don Emilio, en el caso de haberlo conocido me hubiese caído simpático, por lo gran orador que fue. A los que tienen el pico caliente les dicen: “hablas mas que Castelar” y además que era de Cádiz y los de ésta ciudad suelen tener muy buen humor (léase cachondos); la muestra la tenemos en los Carnavales que le sacan punta a todo bicho viviente.
Estábamos con el señor que vivía en ésta calle. Era un anciano que decía a las madres frases como : “Deja al niño que tome el tole por los breñales”. Quería decir que se vaya el niño por el monte y corra todo lo que pueda. El monte a que se refería era el de Ataque Seco. Un amigo de éste anciano también se acercaba al corro de niños que lo rodeábamos, pero éste parecía ser mas instruido, que no mas inteligente, porque el de los breñales era mas listo que el hambre. Decía, con mucha guasa, que cuando fue mozo se bailaba la “Guaracha” y el “Paspié” en el Dancing. El instruido, que parecía ser un militar de alta graduación o un maestro de escuela de la República, de los de la Institución Libre de Enseñanza, siempre iba muy atildado en el vestir, le contestó que sería su abuela la que bailaría esos pases y no él. Claro está que éste llevaba razón porque esa moda de baile era decimonónica pero el hombre lo escucharía por algún sitio y se lo aplicó para que se supiera que en sus años mozos fue un bailón garañón. Recuerdo que una vez le dije a mi madre que cuando se pisa una mierda se pisa el reino de las moscas, “No pisad el reino de las moscas porque las atraeréis en vuestros zapatos”. Esa era la frase que solía decirnos el anciano instruido. La pobre se creía que era una mas de mis travesuras escatológicas y cuando le dije que aquél señor que vive en la calle donde ella aprendió a coser en un taller de costura, allá por los años en que Abdelkrín estaba encabronado con España, cuyo nombre del maestro sastre era Don Agapito y que me hacía tanta gracia el pronunciarlo; como la señora que llamaba a su hijo llamado Casimiro a la hora de comer con el diminutivo de ¡ Caaasi ! y yo, con mucha retranca le decía a mi madre: “Mama ahí hay una señora que está llamando un taxi”, cuando en Melilla, a los taxis había que llamarlos por teléfono a la parada, igual que ahora, me imagino. Siempre se le notaba la seriedad pero yo sabía que dentro de ella estaba sonando una carcajada. Ella fue la que me enseñó que cuando se le corta el rabo a una lagartija, ésta te maldice meneándolo hasta que se cansa, el rabo, claro. Por eso no me gusta el maltrato de los animales.
Muchas de las palabras que se están perdiendo en el lenguaje malagueño y melillense, que para el caso es el mismo o muy parecido, que actualmente se pueden leer en el Diccionario Popular de Málaga y su Provincia las recuerdo de cuando mi familia al igual que éste anciano, de ascendencia malagueña, las pronunciaban a menudo. Una copla para los que eran adictos a las tabernas, hoy bares de copas, según Paco Padilla (no se quien era éste Paco Padilla) decía así: “Al agua le llaman Lipi/ y al vino confortitatis,/ a mi no me gusta el Lipi/ porque cría Gusarapiso/ “.
Solamente los que llevamos ausentes de la ciudad durante tantos años sabemos como era Melilla. La recordamos y advertimos en nuestros viajes periódicos todos los cambios habidos durante tantas décadas. Los que no se fueron, creo que no la recuerdan como los ausentes porque al verla día a día van dejando que se desfigure, aunque crean que son ellos los únicos que la conocen y recuerdan y si alguien piensa lo contrario le envío un apretón de manos de todo corazón.
Reciban un saludo.


Juan J. Aranda

Málaga 12 Noviembre 2001



Publicado en “Melilla Hoy” el 18 de Noviembre de 2001























Cambios de nombres de calles 05/09/2001


LOS CAMBIOS DE NOMBRES DE LAS CALLES

Hace unos días un amigo me comentaba que en Melilla están cambiando muchos nombres de calles para borrar todo simbolismo del anterior régimen franquista. Me quedé un poco extrañado porque en nuestra ciudad muchos rótulos de sus calles tienen nombres con raíces, con Historia -con mayúsculas- porque verdaderamente Melilla esta inmersa en la Historia de España desde hace cinco siglos, ya sean los protagonistas de esa historia de una u otra ideología política, ambos lucharon por la españolidad de la ciudad y muchos de ellos dejaron sus vidas en los campos de batallas.
Don Benito Pérez Galdós en su “Crónica de Madrid” dice de los militares:
Felices alumnos de Marte, con cuanta candidez se contonean pisoteando airosamente los adoquines. Pueden morir por una gran causa nacional o vencer por un fútil arbitro particular. Su obra es grande, sublime, inmortal o pequeña, rastrera o infructuosa, según se pongan al servicio de los pueblos o a las ordenes de un hombre, según apoyen la libertad o patrocinen una ambición. Comen el sustento que una mano les alarga, vístense los trajes que les dan, empuñan el arma que se les entrega y corren en pos de la gloria, de la derrota o de la muerte”
Ante todo esto yo, un humilde españolito, que tuve el privilegio de haber nacido en Melilla, ciudad que por su historia debe ser conocida, como dice Mir Berlanga, me hago una reflexión como una especie de pregunta extensiva a los responsables de los cambios de nombres en el callejero de la ciudad. Por ejemplo: el de Pablo Neruda, poeta chileno, premio Nobel, comunista, al que admiro y que escribió encendidos poemas en favor de los obreros y de la libertad, y creo que ni siquiera conocía Melilla. Rafael Alberti, poeta, comunista y que también admiro por su gran obra en favor de la libertad, pero que tampoco conocía Melilla y creo que estaba por la labor del abandonismo. Existen veinticinco calles con nombres de ríos españoles, cuatro de cabos geográficos y otros tantos de cabos de cuartel, héroes militares. Sobre estos últimos tengo que decir que están muy bien donde están pero de los geográficos ya me gustaría matizarlo. El nombre de Pablo Iglesias, secretario general del PSOE en la primera década del siglo XX decía sobre la guerra que España libraba entonces pacificando el “Hueso de Yebala” (RIF) que nos dieron para roerlo - mas bien que quedó- en Algeciras: “Hemos de trabajar para que cese la guerra del RIF, producto nefasto de fracasados y cobardes” (teatro Barbieri Madrid, 2 de Mayo de 1912, “El Rif es un campo de experimentación donde España derrocha oro y un exhibicionismo de los señoritos de turno”, mitin celebrado en Talavera de la Reina el 14 de Abril de 1912, “Mientras no se luche con tesón, mientras los campamentos de África sean lugar de veraneo, el Rif no caerá ”, EL Liberal 18 Abril de 1912. Y como estamos echando pelillos de la historia a la mar, pues pondríamos juntos a Napoleón y al alcalde Andrés Torrejón que lo era de Móstoles, que fue el primero que le plantó cara al bajito general desde su humilde pueblo declarándole la guerra, con dos cojones. Yo creo que Melilla debe ser una de las poquísimas ciudades españolas que le tiene dedicada una calle a Napoleón, y creo que es la única. Yo he mirado el callejero de toda España y no lo he encontrado. Al responsable de que el general gabacho tenga una calle en nuestra ciudad, habiendo tantísimos héroes y próceres que consagraron sus vidas por ese pedacito de España, habría que recomendarle que se leyera la historia de la ciudad y ya vería como, a través de cinco siglos, encontraría alguno, y si no lo hallara que se patee las calles del Pueblo al atardecer y en silencio, observe el túnel de Santa Ana, la Puerta de Santiago, la Muralla Real, etc. ; se asome al mar desde las murallas de todos los recintos y verá como alguno de los que murieron defendiéndolas lo saludará con una sonrisa.
He puesto estos ejemplos que son respetables bajo el punto de vista ideológico de las personas que piensan que deben desaparecer toda connotación franquista, porque de eso es lo que de verdad se trata. Los nombres que relaciono a continuación (humildemente se los recomiendo al responsable), para mi todos fueron héroes y otros dedicaron sus vidas a la enseñanza. Todos deben seguir rotulados en las calles de nuestra ciudad, y otros que no están deben figurar en muchas esquinas también, porque la ciudad se los debe, por ejemplo: el del músico Don Julio Moreno Rodríguez, que su vida fue una dedicación exclusiva, y no pluriempleado, en la enseñanza musical a varias generaciones de niños melillenses, que ya propuse desde estas páginas su inclusión en el callejero de la ciudad para que se le recordara y muchos de sus enseñantes nos pudiéramos sentir orgullosos al ver, al cabo de cincuenta años (quizás sean muchos años y crean que se nos ha olvidado de respirar y la hemos palmado casi todos sus alumnos). Nadie que trabaje, mande, dirija u ordene algo, con respecto al ordenamiento de nombres del callejero, en el edificio de la plaza de España se ha dignado contestarme. Al menos yo no he leído nada al respecto. Todos los que nombro a continuación, aunque son muchos mas, fueron laureados en las dos primeras décadas del siglo XX: Comandante Don José Royo de Diego, Capitán Don Enrique Guiloche Bonet, Capitán Fernando Fernández de Cuevas, Primer Teniente Don Rafael de los Reyes Martín; General Don Guillermo Pintos Ledesma muerto a la cabeza de sus tropas en el Barranco del Lobo el 27 de Julio de 1909 y no fue laureado; Teniente Coronel Palacios, Capellán Alvaro Moreno, Segundo Teniente De la Portilla Comandante Lopez-Nuño, Teniente Tourné, Capitán Moreno de Guerra, Comandante Fresneda, Capitán Melgar, Cabo Luis Noval Terrós, Teniente Isidoro Oderiz Domínguez, Capitán Celestino Rodríguez Salgado, Capellán Jacinto Martínez Verdasco, Capitán Luís Fernández Herce, Soldado Víctor Aguayo Royuela. Todos estos hombres, por nombrar algunos, militares todos, exceptuando al músico Don Julio Moreno, también militar, los que no tienen sus nombres rotulados, que bien se lo merecieron, la ciudad los tiene entre sus héroes en la Purísima. Y el colmo de los colmos como aquélla propuesta de hace varios años que hizo un dirigente de un partido político de Melilla donde decía que en la plaza de Armas del Pueblo debía erigirse una estatua al rebelde beniurriaguel Abdelkrín El Jatabi. Yo creo que el soldado de la plaza de España se le hubiera caído la cara de vergüenza; los motivos los sabemos todos, a pesar de haber pasado ochenta años.
Si este dirigente político simpatizante, al parecer, de alguien que fue enemigo de España, hubiese propuesto lo mismo en Axdir, pueblo natal de Abdelkrín, lo hubiese visto hasta lógico, por lo de simpatizante, vamos, pero al ser un dirigente español ( ¿ ) de un partido político español quien lo haga ya no lo vería yo tan normal, y creo que caería en el delito de sedición, pero como hace ya tantísimos años, pues venga, mas pelillos de la historia de la ciudad a la mar.
No se si esto va a originar polémica, que no es mi deseo, lo que si repito, a fuerza de hacerme pesado, aunque sea predicar en el desierto, es que a Don Julio Moreno Rodríguez, maestro de música de varias generaciones, rotulen con su nombre una calle, aunque sea la mas humilde de la ciudad; pero si el fue así, humilde y altruista al cien por cien. Reciban un saludo
Juan J. Aranda
Publicado en “Melilla Hoy” el 9 de Septiembre de 2001 Málaga 5/ 9 / 01